jueves, 10 de junio de 2010


El extranjero

La actividad de hoy consiste en escribir un relato humorístico partiendo de la siguiente situación:
Incluir en una reunión de amigos y amigas a un personaje extranjero. Contar las peripecias que pasa el grupo para poder comunicarse con esta persona, teniendo en cuenta que no conoce nuestro idioma y nosotros tampoco el suyo.


Estábamos de vacaciones en Valencia con mis hijos y sus respectivas parejas, tomando unas cañitas y unas tapas mientras esperábamos una paella que habíamos encargado en un chiringuito de la playa; cuando se acerco un chico de color que vendía algunas cosas: pareos, relojes, CD, vestidos etc. El pobre parecía una tienda ambulante.
Se dirigió a mi para venderme un pareo pero el pobre no sabia como hacerlo, cuando empecé a hablarle no entendía lo que yo decía pero yo a él, tampoco lo entendía.
Me mostraba el pareo y yo le decía que ya tenía pero se lo probo para que viera lo bien que quedaba pero yo con la cabeza le decía que no; el seguía enseñándome más cosas. Yo le decía que el vestido que llevaba si me gustaba pero que yo tenía una 46 de talla y que los que llevaba no me quedaban bien. El pobre tenía afán de vender y se probo uno, yo le seguía diciendo que era pequeño para mi, me insistía y tuve que probarmelo para que me viera pues me quedaba chico. Mi marido intervino y creía que quería un reloj pero mi marido le decía que no que ya tenía uno pero como se baño en la playa, se lo había quitado y lo metió en el bolso; lo saco y se lo enseño para que viera que ya tenía uno. Mi hijo mientras había cogido un CD y lo estaba mirando él que pensó que se lo iba a quitar empezó a hablar en no se que idioma, mi hijo lo calmo y lo sentó con nosotros y empezó a hablarle en ingles al que este fue respondiendo poco a poco.
El pobre no nos entendía ya que nosotros los andaluces hablamos muy deprisa y nos comemos muchas palabras. Llevaba poco tiempo en España y llegó en una patera hasta Valencia y allí tienen otro dialecto que el entendía un poco.
La cuestión es que poco a poco nos fuimos entendiendo y le hicimos participa en nuestra reunión le ofrecimos comer con nosotros a lo que gustosamente acepto.
Cuando nos marchamos nos dio las gracias y como no, me regalo el pareo que al principio me ofreció yo se lo quise pagar pero no acepto su sonrisa lo decía todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario